Ilusión perdida.

Nunca dejará de sorprenderme el Real Madrid, este club y su entorno es capaz de cambiar a cualquier persona, desquiciar al más calmado, desmotivar a la persona más ambiciosa. Eso le está pasando al guía espiritual en estas tres últimas temporadas, José Mourinho.

El técnico portugués ha llegado a un punto en que la indiferencia es el pan nuestro de cada día, y sin esperanzas no hay grandes desilusiones. ¿Qué ha llevado a un hombre de este talante a tal situación?:

1. Un vestuario complicado, con miembros importantes demasiado protegidos por la prensa y que constantemente filtran información, esto no le ha ocurrido en ninguna de las anteriores entidades donde ha estado. Uno de los capitanes poniéndose la camiseta de un compañero debajo para porfiar a su entrenador, mensajes erróneos del capitán “No me importa quedar a 25 puntos del Barcelona si ganamos la Champions League”.

El peor capítulo lo hemos vivido en estos últimos días con el despropósito de declaraciones de Sara Carbonero, novia del portero/capitán del Real Madrid, Iker Casillas, en las que abiertamente en una televisión mexicana decía que el vestuario del equipo blanco no se lleva bien con su entrenador.

Hay veces que una persona, por ser quien es, no puede decir lo que sabe o piensa, y este es uno de esos casos. La periodista no quiere obrar en consecuencia, perjudica gravemente a su compañero sentimental, al cual puede costarle hasta su futuro en el equipo blanco, pero me da que a ella le da igual y él no ha delimitado donde llega lo profesional y lo personal. Si esto no se ha hecho desde el comienzo, ahora es muy difícil, él sabrá lo que hace, desde luego ha perdido el cariño de muchos seguidores blancos estos días, no hay más que darse una vuelta por su facebook.

2. Muchos jugadores no profesionales, el Madrid, tiene grandes profesionales, que pueden estar mejor o peor, pero trabajan como futbolistas, Ronaldo, Xabi, Varane, Khedira, Özil, Arbeloa, … pero hay un grupo, bastante nutrido que por una cosa u otra han bajado demasiado su rendimiento y es inexplicable. Es inconcebible que dos futbolistas del Madrid, Higuaín y Marcelo se lesionen y vuelvan con un sobrepeso notorio, es culpa de los jugadores, aunque también el club debería tomar medidas. El tener externalizado la medicina del club hace que muchas facetas de la salud deportiva de los jugadores esté un poco descontrolada. A mi entender, a lo mejor soy un poco radical, un deportista que se debe a un club que le paga (y muy bien por cierto) debería pasar por la báscula por lo menos cada quince días, midiendo el peso y porcentaje de grasa corporal que tiene cada jugador y en caso de desviaciones continuas tomar medidas. Estos jugadores no es la primera vez que les ocurre y en el club tampoco, no olvidamos los casos de Sneijder y Cassano (el cual desayunaba dos croissants cada mañana).

Entristece que buena parte del colectivo se deje de ir y no lo intente, que no vean lo que están haciendo rematadamente mal, ¿Por qué el año pasado valía este sistema y ahora no? ¿Por qué se lograba robar con gran facilidad el balón y ahora no? Los jugadores deberían pensar en sí mismos, Mourinho puede continuar o no, pero cuando hay una mala temporada con muchos resultados aciagos en la competición de la regularidad, la directiva suele hacer lo que vulgarmente se conoce como “una limpia” y su futuro puede dejar de ser blanco, o llegar otro que les quite el puesto.

El otro día, salió Benzema reclamando más minutos, creo que todos preferiríamos que lo que juegue lo haga con más intensidad y efectividad. No por jugar más minutos eres mejor, pero si juegas con alma el público será el que pida más minutos para el jugador, pero si el futbolista está apático, le dará igual.

3. Una directiva hipotecada, la cual no puede obrar como quisiera, porque sabe que los resultados mandan y en el año que tienen que presentarse a unas “posibles” elecciones, se está produciendo la peor temporada de los últimos años y la solución más fácil será la de siempre, cambiar al entrenador, pero no es la más efectiva. El grupo tendría que saber que el club cree en su técnico y este año, desgraciadamente, el apoyo institucional al entrenador, no es tan notorio como en temporadas anteriores. Es como dos alpinistas que se han quedado colgados escalando con una sola cuerda, al final el que está arriba cortará la cuerda quitando el peso de su compañero para no caer los dos al vacío. En eso consiste muchas veces ser presidente de un club en la Liga.

4. Las incorporaciones no ha llegado a quitarle el puesto a los que están. Salvo Varane que podría ser perfectamente titular (veremos qué pasa cuando se recupere Pepe), el resto de fichajes no mejoran lo anterior y Mou, suele tener como titulares a casi el mismo once con el que arrancó su andadura allá por el año 2010.

5. El histerismo periodístico que está deseoso de cualquier derrota del Madrid con tal de sacar de Valdebebas a técnico portugués, culpable de la bajada de sus ventas, del poco interés que tenemos en “su información”. Me pregunto si el día que el técnico de Setúbal se marche irán por la M-40/M11 camino de la Ciudad Deportiva con antorchas como en Salem cuando se iba a la caza de brujas. ¡Cuánta autocrítica hace falta en los medios!

Con este panorama ¿Qué nos queda a los seguidores blancos?, seguir siendo fieles a nuestro equipo, aunque críticos con quien no tenga la actitud deseada, no por eso se quiere menos a nuestro club. Esperar que el orgullo personal y profesional de muchos de ellos les haga ser egoístas y querer brillar como lo hicieron hace no mucho tiempo. Queda la Copa, donde el resultado no es bueno, pero en las últimas visitas al Camp Nou, el Madrid ha hecho grandes partidos, no debemos dejar de soñar. Y por otro lado, queda la Champions League, donde el equipo puede competir, habrá que ver si es capaz de resolver esta eliminatoria ante el Manchester United y luego serán importantes los cruces, el esfuerzo y muchas cosas que influyen para que al final se levante “la orejona”. Y por supuesto, aunque suene mal, el segundo puesto hay que lucharlo, fijaros que importante es no dejarse ir, que si el Madrid no hubiese pichando en Pamplona, Granada y en el Bernabéu ante el Espanyol estaría igualado con el Atleti y a nueve puntos del líder con toda una segunda vuelta (casi) por delante.

Nos vemos, un abrazo a todos y como siempre Hala Madrid